Por Ulises Rodríguez
PARA LA GACETA - BUENOS AIRES
Entre filósofos, sociólogos, críticos y el mundillo de las redes sociales se hicieron análisis que exceden lo cinematográfico para explicar “el fenómeno Parasite”. Quienes se dedicaron a buscar obras inspiradoras de Parasite mencionaron a las también surcoreanas The housemaid (1960) y The servant (2010) y a la francesa La cérémonie (1995), entre otras.
En este rincón del planeta no fueron pocas las personas que, al ver Parasite, recordaron que una película argentina llamada Los dueños (2013), dirigida por Agustín Toscano y Ezequiel Radusky, abordaba el deseo de los empleados pobres de un campo de vivir con las comodidades de sus patrones y ponía en discusión las desigualdades sociales.
Para el periodista y crítico de cine Juan Pablo Russo, secretario general de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (entidad que premió con el Cóndor de Plata como Mejor Ópera Prima a Los dueños en 2015) en la película de Toscano y Radusky “el eje está puesto en la lucha de clases donde la guerra es entre ricos versus pobres, mientras que en Parasite, si bien desde una mirada global la lucha de clases está presente, al desmenuzarla, esa guerra, se reduce a pobres contra pobres”.
En su análisis Russo sostiene que “en Parasite no hay una crítica sobre la clase como había en Los dueños y donde en ese caso los empleados actuaban unidos en consecuencia. En Parasite esa unión no existe, no hay solidaridad, es un sálvese quien pueda”
La palabra de los directores
Ezequiel Radusky y Agustín Toscano, que se encuentran trabajando en distintos proyectos cinematográficos, aportaron su mirada sobre la película surcoreana y la comparación sobre la obra que filmaron juntos que les valió, entre otros premios, una mención especial en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes.
“Son dos películas que no tienen que ser comparadas porque hay millones de obras que tratan el tema de la lucha de clases, diferencias zanjadas por el capitalismo, los extremos entre la pobreza y la riqueza. Más allá de algunas escenas y pasajes parecidos son muy diferentes, incluso ideológicamente. En el caso de Parasite es una versión que se queda más aferrada al punto de vista de los empleados y no tiene una postura muy crítica con el sector dominante”, dice Agustín Toscano a LA GACETA.
El idioma, la cultura, la geografía, los deseos de los personajes separan una historia de la otra. “Lo único que tenemos en común es que estamos atravesados por el capitalismo. Parasite es absolutamente magistral y no tiene ninguna relación con la nuestra. Es legítimo que puntos de vista se parezcan pero llegan a lugares totalmente diferentes”, afirma Toscano.
Para Ezequiel Radusky -que este año estrenará en salas Planta Permanente- “lo que pasa en Parasite es casi un género porque son muchas las películas en las que vemos que las clases bajas o trabajadores ‘toman el control’ -por decirlo de algún modo- de la vida de los patrones. Es algo que está muy trabajado”.
Por otro lado Radusky marca las diferencias entre los personajes que interpretan Sergio Prina, Liliana Juárez y Germán de Silva ya que “en Parasite los personajes crean personajes, en cambio en Los dueños son siempre ellos tratando de sacar alguna ventaja cuando se les presenta la oportunidad”.
Los directores tucumanos descreen de que su película se parezca a la gran ganadora de los Oscar. “Me encantaría que nos juntáramos con Agustín y Bong Joon-ho a tomar una cerveza y ver juntos la película de él y la nuestra. Seguro nos reiríamos mucho”, dice Radusky.
Las comparaciones pueden resultar odiosas o elogiosas. Hoy Parasite ocupa el pedestal del cine a nivel mundial y sigue llenando las salas cada vez que se proyecta. La que podría ser su hermana, Los dueños, está disponible gratis en www.cine.ar, la plataforma del Incaa. Que el público pase y vea. Aplauda, discuta y saque sus propias conclusiones.
(c) LA GACETA
Ulises Rodríguez - Periodista y crítico de cine.